¿Qué le regalo.... qué le regalo...?, los regalos del top del
Ules no me terminan de convencer, cualquiera demuestra amor, pero uno puede equivocarse... Ya sé, un oso de peluche gigante para que se note el tamaño del amor, o mejor una novela para que se ponga a leer otra cosa diferente a las revistas de chismes, o no, mejor un CD... sí un CD, el especial para el 14 de febrero de Luis Miguel, a todas les encanta Luis Miguel, o un Xbox con el guitar hero para que se grabe tocando y bailando y lo suba a yu tub... Ahh... pero pequeño detalle: las finanzas, con las navidades y las pachangas la cuesta de enero termina de bajar en marzo y con las monedas que recolecté no alcanza ni para la revista de chismes, piensa, piensa...
Qué tal una tarjeta, sí, una tarjeta hecha con mis manos... no, mejor una carta disculpándome por haberle regalado una carta... tampoco, o compro una caja, sí, para la caja sí me alcanza y hasta me la pueden regalar en el super, me pongo un moño y me meto en ella, y cuando la abra -¡taraaan, soy tu regalo!-... no, mejor me hago un disfraz de corazón atravesado con una flecha y le recitó poesía, al cabo en el cyberespacio abundan, me bajo una y le digo que yo la escribí.... o ya sé, mejor le canto una canción, a capella como los meros machos... bueno, mejor dejo el disfraz de corazón para otra ocasión y le canto solamente la canción (¿a cabrón?)... no no, ya sé, ahora sí, junto a todos mis camaradas, (al cabo los convenzo con un cartón de caguamas) y le llevamos serenata, pero con una o dos guitarras, (no como esas que les dicen "serenatas" los teens de hoy que llegan a la casa de la nena y prenden el estereo del carro a todo lo que da y le atacan una rola del chente, uuuy, y la chica casí se desmaya -¡me trajeron serenata!-, ni madres, esas no son serenatas, es nada más demostrar la falta de imaginación y despertar a los vecinos).
Sí, una serenata, llegamos a su casa y caminamos sigilosos hasta el balcón (si tiene balcón), y madres, arránquense, una de Joséjose para abrir (esas sí se las saben todas y tal vez hasta me gano a la jefecita), luego le seguimos con unas del Silvio, y agárreeense con las de Pablo Milanés para que vea que es enserio (y a ver si se le quita lo naca), y para cerrar Sabina -
Fue en un pueblo con mar, una noche después de un concierto...- sí sí, ya me ví. Luego va a salir, y le voy a dar su abrazo y respectivo beso.
-Ay, sí viniste-
-Pués sí, nada más he estado pensado en hablar de nuestros planes y en hacer el am... no, hacer nuestros planes y hablar de nuestro amor-
-Ay que bueno, ¿quieres pasar?-
Y en este momento es cuando mando a mis juglares a dormir y les doy su merecido cartón de caguamas, (sí, antes no, por que llegan borrachos y hasta me quieren bajar a la nena).
Accedo a pasar con las buenas intenciones de tomar una taza de café, con la cabeza fría y leyendo en su mirada las maqueavélicas intenciones.
-¿Ah, no está tu mamá?-
-No, regresa más tarde-
-¿Y si nos salteamos el café?-
A partir de aquí todo se va a convertir en un derroche de arrebatada pasión, ya leí el
petatesutra y me aprendí las posiciones básicas: chivito al precipicio, el alacan, (con espacio) a la can, angelito, patitas al hombro, el garabato, el sixtynine (esta todavía no la termino de entender...), ¡uy ya me ví!. Y después de la buena dosis de amor, como a eso de las tres de la mañana, voy a escapar por la ventana por culpa de un cerrojo dando vuelta y la repentina aparición de su señora madre, voy a correr desnudo por la calle, y cuando me sienta más dueño de la situación voy a encender un cigarrillo para cerrar con broche de oro el tan esperado día de San Valentín.
Sí, ya esta, que se cuide cupido, todo listo: los camaradas, el cartón de caguamas, el petatesutra, las guitarras, la rosa que me robé del jardín de la vecina, el cigarrillo, nada más me falta la mujer... snif.
Digo.