Diario convivo con gente que es oriunda de diferentes lugares del estado y fuera de este. Entre las pláticas y antipláticas es natural que uno amplie su limitado vocabulario y suelte una carcajada descomunal cuando la palabra no concuerda con el objeto, cuando la palabra tiene un significado diferente en algún otro lugar o cuando es una palabra inexistente para nosotros (en este caso uno pone cara de pendejo).
La que más sufre (o sufrió) es una amiga de Hermosillo, que al llegar aquí (Cd. Chihuahua) se sentía como oso panda en medio del desierto, primero por el acentito que se cargaba, como entre fresa y chilanga norteña, y segundo por que aunque la distancia es corta, es un abismo entre significados.
Por ejemplo cuando fue a comprar "medio kilo de salchicha", y le dieron una madre que aquí se llama "salchicha" que es una cosa rebanada al estilo del jamón (que no sé como se llama en otros lados, pero para ella tal cosa no existía), pero en realidad lo que ella buscaba era "salchicha" "embutidos"; total valieron madres los
hotdogs.
Le parecía que todos eramos muy "educados" al hablarnos por nuestros nombres, ejemplo aquí: "
vamos con estroncia" ejemplo de Sonora: "
vamos con la estroncia"... ah chinga, no es que seamos muy educados, lo que pasa es que alla no distinguen entre cosa y persona.
Puso cara de "ah chingado", cuando se dió cuenta que los "pants" aquí se llaman "pantalonera"... "¿
pantaloneraaa, quéeee chingados es eso?" (Incluya una risa de esas que calan).
Pero vino mi venganza cuando dijo que la comida "
estaba muy enchilosa", (agregue otra risa caladora multiplicada por tres), y venganza al doble cuando dijo que se había "
chilado" (ahora multiplique la risa por seis)... aquí, no sé usted, pero este par funcionan a la inversa, si la comida está "
chilosa" uno se "
enchila" (sin albur, luego me van a decir: "
¡ah estabas enchilado!"; ni madre). Luego me dí cuenta que esta par de palabras son correctas en sus dos versiones.
Otra cosa curiosa es que aquí decir: "
está pelada" es algo que es muy fácil, cosa que funciona a la inversa en otros lugares, de aquí el asombro de un camarada que le dije "
-ah, no mames, ese trabajo está bien pelada"- a lo que respondió -"
chingado, pensé que estaba fácil"-.
Muy regional, y cosa que nadie entiende (ahora sí rianse agusto), es el famoso "pan blanco", que es equivalente al "bollillo" en casi todo el resto del país. (¡Y qué pedo!, a mí de niño me dijeron que así se llamaba).
Me parece increible que fuera de la ciudad donde yo nací y viví la mayor parte mi vida, hasta el momento nadie ha sabido que son los "patoles".
Pero el mayor choque cultural se lo llevaron las frituras de harina que tienen forma de "s", (es la mejor forma que lo puedo explicar), para los nacidos en la "Capital del mundo" estos mugreros se llaman "churritos" o en el peor de los casos "chicharrines"; para los de Chihuahua capital son "lagrimitas" (
"lagrimitas", no le pudieron haber puesto un nombre más maricón), y para mi amiga de Sonora son "duritos"... no mamen... "duritos". No he levantado la encuesta, pero estas cosas podrían romper el
record guinness en sinónimos.
¡Deme unas lagrimitas con un chingo de salsa valentina!
Digo.