Patoaventuras Vol.1

El tuco despierta un día como cualquier otro, -¡en su madre, son las 12:30 de la tarde!, pero ayer me acosté temprano, chingue su ma...-. (Cuando uno despierta y la primera frase del día contiene las palabras "tarde, chingue y madre dos veces" quiere decir que algo no anda del todo bien.)

- Que no cunda el pánico, me levanto y me baño en chinga- (ponga atención lector, "pánico, chinga"). El tuco se levanta como cualquier otro día, sólo que más rapido y al poner los pies en el piso, otra vez -chingue su madre, ¿dónde dejé los pinches huaraches?-, el piso frío logra el efecto "primero me levanto y luego me despierto", y allá a lo lejos están los méndigos huaraches, el tuco va por ellos, y tallándose los ojos para quitar el nido de lagañas, camina hacia el baño, prende la luz, no hay luz, y no es sólo el problema que no haya luz, sino que la regadera es eléctrica, por lo tanto funciona con luz, y si no hay luz no hay agua caliente, -chingue su reverenda madre, pués bueno nomás tengo uno, dos, tres... no, sí son muchos días, mejor me baño-. Sufrimiento, un que otro suspiro de agua congelada y está listo, cierra la llave y -chiiiinguesuu, la toalla..., cómo se me fue olvidar, último recurso, la toallita de las manos, ni pedo, sin llorar-.

Sale el tuco medio resbalándose con el desmadre de agua que se hizo, -ahora sí, se acabaron las malas vibras- en eso regresa la corriente eléctrica y nuestro protagonista lanza otra grosería a la compañia de la luz que aunque no lo escuchan y si escucharan les vale madre, pero descanza su alma. -Ahora sí, no hay nada de que temer-, prende el stereo con sonido cuadrafónico, y le ataca un disco, strangers in the niiight, se escucha salir de las bocinas. Saca un pantalón al ritmo de Frank Sinatra, un playera, calcetines, unos... adivinó estimado lector, el cajón de los calzones está vacio, y nuestro protagonista en lugar de lanzar una grosería, suelta un suspiro de impotencia, -a ver que tenemos aquí, los calzones de ayer, ni pedo, nomás tienen uno, dos, tres... no, sí tienen muchos días... bueno los volteo y ya está.

12:55, empieza a hacer hambre, el tuco abre el refrigerador y hace un recuento: un huevo, mantequilla, duraznos en putrefacción, un limón, mayonesa caducada, un trago de leche... -mejor no como-. Se sienta en la mecedora, ya es tan tarde que no hay nada más que hacer, saca el último cigarro de la cajetilla y lo enciende, exhala y sigue exhalando y nada, está quebrado, qué se puede hacer, la operación tlacuache devolada, y queda un cigarro tamaño miniatura.

Casí al borde del llanto enciende la televisión, ya no hay noticias, pero se queda viendo un programa gringo donde dos señoras del mismo apellido hablan sobre temas de "actualidad", vaya pendejada, una sicóloga diciendo que se le debe de hablar a los niños de sexo desde que tienen tres años, se imagina ud. estimado lector, diciéndole a un niño de tres años -mira mocoso, este es el pene y esta es la vagina y sirven para (bueno, ud. conoce los detalles), pero eso no es todo, luego sale una señora que dice ser "virgen segunda", a ver, a ver... esta señora cuenta que le dió vuelo a la hilacha desde que tenía diecisiete años, le encantaba la bebida, las drogas y se la pasaba teniendo sexo sin compromiso con los gangters de su estado, pero oh... "iluminación", ella encontró a "dios", y dejó todo atrás, ahora resulta de que ella es "segunda virgen" y está esperando a un galán para casarse con él y decirle (así dijo ella): "te he estado esperando toda la vida". En este momento el tuco no sólo se encuentra al borde del llanto, sino que támbien le llena de desesperación ver a un montón de señoras debatir sobre "la segunda virginidad", pero tal es lo increíble, que el tuco no puede dejar de ver el programa hasta el final.

Apaga la tele, y se recuesta en la cama, a que pase el tiempo hasta que sea hora de hacer algo, se queda viendo el techo, y ve que una araña de diminutas proporciones viene bajando lentamente directo a su cara, entra en un estado de relajación, -ahora sí, agusto, no hay ruido, nadie va a venir a chingar el alma, voy a ver cuanto tarda en llegar la araña-. Trasss, trasss, tooc, jajajaa... -chiguesuu, méndigos mocosos, nomás a esta hora se les ocurre salir a jugar fútbol, que no saben que el índice de rayos ultravioleta a estas horas es extremo (según "the weather channel"), pero ya me vengaré... mendiga araña a qué hora bajaste-.

El tuco sale de su hogar, a la hora de que sí tiene algo que hacer, camina unos veinte pasos, y se encuentra a su vecino, ese cabrón vecino que nunca ve y que le cae como patada de mula en los gümaros por sus comentarios que él (el vecino) piensa que son graciosos, -buenas tardes- dice el tuco por educación y evadiendo la mirada, no vaya a pensar que quiere entablar conversación, -Oigaa, pos dónde andaba, hace mucho que no lo veía-, -ya me tengo que ir, que tenga un buen día-, pués al cabrón no se le ocurre ponerse a platicar de que su jefecita, que el pinche marranero que tiene en el baño, que ya esta hasta la madre de las viejas, y que présteme su recojedor.... y su escoba. Al tuco le dieron ganas de decirle, no, de gritarle desde lo más profundo de su alma -cómo no se va a chingar a su madre- pero logró contenerse y en lugar de eso dijo -ah, sí, ahí están-, -bueno, ahorita ahí mismo de los dejo- (cosa que no sucedió, cuando llegó, el mismo tuco tuvo que regresar las cosas a su lugar, por cierto un día este mismisimo cabrón le pidío un balde, de esos para el trapeador y lo perdió, o quiénsabe para que lo que lo quería pero nunca regresó, sin una u otra explicación).

Y de aquí hasta las 10:00 pm son cosas que no son ni medianamente graciosas ni para el lector ni para el tuco, pero les aseguró que el día siguió por el mismo rumbo.

10:00 pm, el tuco llega a su casa, unos minutos antes se fue al super, para olvidarse de sus chingaderas un rato y para rellenar el raquítico refrigerador, pensar -¿llevo mantequilla "primavera chantilly" o "country crock"? (no es broma, así se llama), ver a las señoras pelearse con las cajeras, oir esa aguardentosa voz a través del micrófono (no sé como le hacen, o porqué siempre escojen al cabrón(a) que tiene la voz más fea para hablar por el micrófono): -Esterina López, se solicita en la caja número 5 para cancelación de condones trojan, repito, cancelación de condones-, llegar a la caja y que le pregunten -¿trae su tarjeta de puntos?- y decirles -no-, por cierto esos chingados puntos es un robo.

Pero para no salirme de tema, el tuco llegó a su casa y se comió una papa cocida, (hablando de papas, el tuco prepara unas papas que de seguro se les haría agua la boca, nada más con verlas, es más, nada más con olerlas, es una antigua receta que aprendió en uno de sus viajes al inframundo, luego les paso la receta) ah, pero antes el tuco sabiamente, para quitar el mal sabor de boca del día se compró un par de cheves, (que por cierto, están bien sabrosas, son de esas cervezotas que venden ahora en una lata tamaño pedote).

Pero bueno se comió la papa, y se puso a ver la tele rogando al dios Baco que no estuvieran las señoras del mismo apellido hablando chingaderas, y derrepente ¡zaz!, el único plato que estaba en buen estado, así sin más, le salieron patas y se aventó al precipicio, el tuco casí jura haber oido gritar -Jerónimooooo-.

Abrió una cheve y encendió un cigarrillo.

Hay días que es mejor no salir, es más, siquiera despertar, si no lo cree juzgue ud. mismo lo que pasó después al querer votar por el blog de clau.






Digo.